* Declararon 38 personas, se integraron 56 dictámenes periciales
* Se integraron 35 informes de investigación presentados ante el MP
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Xalapa, Veracruz
José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho. |
El esclarecimiento del homicidio de la corresponsal de la revista Proceso, Regina Martínez Pérez, fue el resultado del trabajo profesional, acucioso y científico que durante más de seis meses realizó un grupo especial de elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), que luego de los lamentables hechos, trazaron tres líneas de investigación que permitieron, durante su desahogo, identificar plenamente a los probables agresores, deteniendo a Jorge Antonio Hernández Silva, alias El Silva, quien confesó el móvil y detalló ampliamente la manera como fue privada de la vida a la periodista.
Durante la conferencia de prensa donde el procurador General de Justicia, Amadeo Flores Espinosa, dio a conocer la identidad de los probables homicidas de Regina Martínez Pérez, y la detención de Jorge Antonio Hernández Silva, la directora de Investigaciones Ministeriales de la PGJ, Consuelo Lagunes Jiménez, informó a los medios de comunicación los detalles de la investigación que dio como resultado el esclarecimiento del homicidio de la comunicadora.
La funcionaria explicó que luego de los lamentables hechos, se conformó un grupo especial de agentes investigadores para llevar a cabo las indagatorias que permitieran la identificación y localización de el o los agresores.
Resultado de este trabajo, se generaron tres líneas de investigación. La primera, en el círculo personal y de convivencia de la periodista, tal como sus amigos, vecinos, personal doméstico; la segunda, vinculada a la problemática delincuencial de la zona donde vivía, y la tercera, relacionada con su entorno laboral y desempeño profesional.
En 180 días de investigación, la Procuraduría General de Justicia desplegó más de 155 diligencias, entre ellas 56 dictámenes periciales.
Se agotaron diversas diligencias, asentadas en 35 informes rendidos ante el Ministerio Público por la Agencia Veracruzana de Investigaciones que aportaron información diversa de personas relacionadas con la vida profesional, personal y circunstancial de la periodista.
Se tomó la declaración de 38 personas, 10 de ellas relacionadas con actividades periodísticas y que tenían un vínculo personal o profesional con la víctima, y 28 más que conformaban su círculo de vecinos, trabajadores domésticos y testigos en la zona para desahogar las líneas de investigación ya señaladas.
Los comunicadores, cuyas versiones están asentadas en declaraciones ministeriales, indicaron no conocer sobre reclamo, acoso, peligro o amenaza que se cerniera sobre la periodista, a quien describieron como una persona profesional, sumamente reservada en su ámbito personal, y quien nunca les comunicó sobre algún temor que tuviese.
Los vecinos y trabajadores domésticos coincidieron en que era una persona muy discreta y aislada con la cual tenían escasa convivencia.
En el curso de las investigaciones sobre el fenómeno delincuencial de la zona, se encontró el testimonio de un vecino que desde un principio hizo referencia de haber visto el día del crimen, alrededor de las 22:00 horas en las inmediaciones de la vivienda, a dos sujetos vecinos de la zona de quienes dijo sólo conocía sus apodos que eran El Silva y El Jarocho.
Diversos malvivientes de la zona se ausentaron de forma simultánea tras la comisión del homicidio de la periodista, retornando la mayoría de ellos, al cabo de unos días, no así los sujetos apodados El Jarocho y El Silva, sobre los cuales se profundizó la investigación, lográndose la identificación plena de estas personas que responden a los nombres de Jorge Antonio Hernández Silva, alias El Silva, y de José Adrián Hernández Domínguez, alias El Jarocho.
Se logró obtener el diagnóstico de su modus vivendi y modus operandi delincuencial, ubicándolos como malvivientes, y cuya zona de operaciones eran la colonia Felipe Carrillo Puerto, Los Lagos y el Parque Juárez.
Ambos sujetos cuentan con antecedentes penales por los delitos de lesiones y robo calificado, cometidos en tiempos anteriores recientes, y por los que purgaron penas en el reclusorio de Pacho Viejo, donde se conocieron por medio de la pareja sentimental de José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, María del Rosario Morales Zárate, quien es hermana de crianza de Jorge Antonio Hernández El Silva.
La información obtenida permitió generar las órdenes de búsqueda, localización y presentación de ambos sujetos, lo que derivó en la localización en el municipio de Colipa, de Jorge Antonio Hernández Silva, quien al ser declarado en actuaciones, confesó su participación en los hechos investigados.
Hernández Silva refirió de manera amplia y con todos los detalles, la forma en que el 27 de abril llegó cerca de la media noche al domicilio de Regina Martínez, en compañía de José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, quien era conocido de la periodista.
Narró que llegaron a la casa de la víctima, quien los dejó entrar; explicó que tras un rato de conversación, se suscitó una discusión entre la víctima y El Jarocho, y éste comenzó a golpearla, agresión a la cual él se sumó, con la intención de que les dijera el lugar donde guardaba dinero y objetos de valor, privándola finalmente de la vida.
Posterior a ello, según su declaración, procedieron a apoderarse de objetos de valor, así como una cantidad de dinero que localizaron abajo del colchón, misma que dijo no saber el monto, pero del cual José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, le dio tres mil pesos en ese momento, guardándose el resto.
Jorge Antonio Hernández, El Silva, ubicó la casa de su hermana de crianza y pareja de El Jarocho, como el sitio donde ocultaron los objetos robados, de donde al día siguiente los sacaron para vendérselas a un sujeto que se dedica a comprar cosas robadas a los malvivientes de la zona, y que responde al nombre de Sergio Hernández Martínez, alias El Mafer, quien en declaraciones ministeriales confirmó la versión de haberse quedado con los objetos robados a cambio de mil pesos que entregó a Hernández Domínguez.
Sergio Hernández Martínez declaró también que un día después José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, fue a exigirle más dinero por las cosas, y al no dárselo se llevó la mayoría, dejándole sólo un reloj de pulsera color café que está ya a disposición de la autoridad.
De igual manera fue citada ante el Ministerio Público la pareja sentimental de Hernández Domínguez, María del Rosario Morales Zárate, quien declaró que días después de la muerte de Regina, El Jarocho le confesó su delito, le mostró incluso los objetos robados, y le dijo que tenía que huir, siendo el 6 de mayo el último día que lo vio.
“Con el cúmulo de actuaciones y diligencias ministeriales que comprenden las declaraciones de testigos y confesión calificada de Jorge Antonio Hernández Silva, mecánica y reconstrucción de hechos, se puede válidamente sostener que se ha llegado al esclarecimiento del homicidio de Regina Martínez Pérez”, concluyó su exposición la Directora de Investigaciones Ministeriales.